Un día en Henarejos

Fecha de publicación: May 15, 2011 9:7:18 PM

Ni los músicos más optimistas pensaban que lo íbamos a pasar tan bien, sobre todo viendo como comenzaba el día: madrugón (entre las 6 y 7 de la mañana), casi dos horas de viaje y además una carretera que a veces parecía un camino de herradura. Sin embargo, nada más llegar a Henarejos, la cosa cambió. Nos recibieron con un almuerzo típico con tortas de jamón, longaniza y morcilla. Con el estómago lleno comenzamos el pasacalles para recoger a los festeros (dos o tres vueltas al pueblo en poco más de 10 minutos porque Henarejos no llega a 400 habitantes) y a misa donde también tocamos unas piezas.

Después de la misa comenzó la procesión para llegar a la ermita situada en la parte alta del pueblo. Allí el párroco llevo a cabo la tradicional bencición de los campos del término de Henarejos (según cuentan las persona mayores de Tuéjar la bendición del término, antaño también se hacía en la población desde la ermita de San Cristóbal).

Después de la procesión tocaba el concurso de "hacer caballones". Así pues, nos fuimos por unos caminos acompañados por Feli (nuestro guía) hasta llegar a una carpa que habían montando en las tierras de labor de Henarejos. Primero tuvo lugar una exhibición de majeno de un motosierro creando dos figuras de madera, primero un tresillo y después un búho que, mediante un bingo rifarían durante la comida y casi nos lo llevamos a casa (faltó un número). Haciendo caballones nuestro Pepito se llevó el cuarto premio (consistía en ver quien lo hacía mas recto). Se quedaron un poco alucinados con nuestra forma de hacer caballones, porque allí los hacen hacia delante mientras que nosotros vamos para atrás.

Para comer paella, estaba un poco sosa, aún así hubo alguno/s que se comío tres platos (menos mal que no estaba en su punto de sal...).

Ya por la tarde empezaron los juegos populares acompañados de la lluvia. Igual estábamos en la plaza tocando una charanga mientras los niños jugaban a las sillas, que nos íbamos corriendo al local tocando una procesión porque iban a sacar el santo para que dejara de llover (por cierto, no lo he dicho, pero celebraban la festividad de San Isidro). O nos encontrábamos tocando "el fallero", en Cuenca, porque a nuestro guía le tocaba la fibra sensible. También participamos en las cucañas (Pepito y Lucas), y tirando de la soga solteros contra casados (en chicas ganaron las solteras y en chicos los casados).

Como la lluvia empezaba a caer con más fuerza terminamos la charanga en el local. En definitiva, lo pasamos genial, solamente nos faltó mantear a Feli, aunque eso lo dejamos para el año que viene...

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