La fiesta de San Blas y la música en Alcublas

Fecha de publicación: Feb 08, 2014 10:53:35 PM

Artículo de nuestro director Serafín Martínez extraido de la web de Las Alcublas.

Qué lejos está aquel 3 de Febrero de 1883, festividad de San Blas y día de la fundación de la Banda de Música de Alcublas.

Estas Musicalerías, serán mis recuerdos de lo que era la fiesta de san Blas, para los músicos más jóvenes en la década de los años 60 del pasado siglo.

Ya habíamos dejado atrás las fiestas patronales (san Antón), con sus pasacalles, procesiones, serenatas y día de las corridas. El duro invierno alcublano, seguía caminando paso a paso hacia una primavera donde ya nos esperaba la bajada a tocar a las fallas, pero antes teníamos la celebración del día de san Blas, es decir, la conocida fiesta de los músicos.

En aquellos años todavía se celebraba el día que tocaba, nada de cambios al fin de semana. Los hornos, el día de la víspera estaban funcionando a toda máquina, con los tableros llenos de las típicas pastas del día (liras, escaleras, teticas), dulce y salado, en ninguna de las casas de la población podía faltar una buena llanda de esos manjares, exceptuando aquellas que por motivos de salud y luto, no las hacían ese año, para el día siguiente, llevarlas a bendecir en la misa mayor en su cesta con su paño reglamentario y bien bordado para la ocasión.

Esa tarde, el pueblo ya desprendía las fragancias típicas que la fiesta que venía nos traía. El volteo de campanas anunciaba que aquello iba a comenzar, además los músicos ya se iban preparando para salir a la plaza y dar el pistoletazo de salida con un buen pasacalle por toda la población.

La Sociedad Musical no existía todavía, quiere ello decir, que los músicos tenían su junta y eran los encargados de gestionarse todo, eran autónomos, tenían sus pequeños ingresos, sus gastos, su implicación y trabajo. Así que para ese día se solía realizar la compra de algún instrumento que se necesitase, alguna partitura y por descontado todo lo necesario para el avituallamiento del día siguiente. Esa noche, para ir calentando motores y distribuir la faena, ya se quedaba en el local de ensayo todos los componentes de la banda.

El día de la fiesta, por la mañana otro volteo -por los músicos a mano, nada de botoncitos- y pasacalle, para anunciar que allí estaban ellos para dar la vara. En la misa solían entrar para besar la reliquia del santo, así como para tocar los gozos.

Los músicos cocineros seguían a tope en los fogones, preparando las paellas, los más jóvenes ejerciendo de recaderos y sin parar de revolotear por el callejón del musical, hasta que ya todos juntos nos disponíamos a dar una buena cuenta de la rica y sabrosa comida que nos habían preparado.

Cuando aquello parecía que ya había terminado es cuando de verdad hacían acto de presencia los más tocadores, pues ya iban descolgando los instrumentos y preparándose a pasar una tarde musical por excelencia. Uno rompía el fuego y ya se iban cogiendo poco a poco todos, con la única compañía del botijo de agua, una botella de anís y una de coñac para los mayores.

Siendo en esos momentos cuando ya se iban disponiendo a salir de nuevo a la calle para con el acompañamiento de los más coheteros de la localidad, dedicarse a ir tirándose los cohetes sueltos y, al ritmo de charangas, dar una vuelta por todas las calles hasta que se terminaba el material pirotécnico y se hacía ya de noche oscuro. Es interesante recordar, que en casi todas las fiestas de la localidad, la pólvora tenía un papel muy importante y destacado.

En el local de ensayo, había quienes seguían de tertulia, entreteniéndose jugando a las cartas o recordando anécdotas musicales de otros tiempos, algunos se quedaban a cenar y seguían con la fiesta hasta que les quedaban fuerzas.

Para los que éramos más jóvenes, la fiesta de San Blas era como un despertar al mundo musical de los adultos, ya te veías participando como un músico más casi en todas las facetas y, eso sí, casi los dos días disfrutando con el instrumento sin parar de tocar.

Este es el pequeño resumen de todo lo que recuerdo de aquellas fiestas de san Blas que pasaba junto con mis amigos músicos y en buenísima armonía con todos los componentes mayores de la Unión Musical Alcublana: que sirva como homenaje de agradecimiento y admiración hacia todos ellos. Nunca los olvidaré.

¡¡¡ VIVA SAN BLAS!!!