Web oficial de BANDA MÚSICA TUÉJAR
Jueves 24 de julio o primer día.
Salimos del poblado, muy temprano, una representación de nuestra Banda junto con un grupo de fieles acompañantes y una Caja de Dulces, rumbo a La Massana, una de las siete parroquias de Andorra.
Después de alguna que otra parada y unas cuantas horas, llegamos sanos y salvos al hotel Sant Gothard, al lado del río Arinsal y rodeado de monte por todas partes. Es el momento de decir que tuvimos la suerte de tener un chófer de Cuenca de primera división. Atravesar rotondas donde le venía justo pasar el autobús o conducir por carreteras de montaña donde medio autobús se quedaba fuera en muchas de las maniobras, no es nada fácil.
Por la tarde, muchos fuimos con el bus de línea a La Massana, visitamos el museo del cómic y tardeamos en una terraza del pueblo donde hacían un concierto de flamenco y rumba. Nuestro querido abanderado Pepito arrancó a bailar como un descosido, haciendo que todos nos uniéramos pasando un rato genial. El acto acabó con una intervención de Alberto con el cajón flamenco, presentado por nuestro amigo Quique Trompeta, muy aplaudida por el público existente.
Con el no estaba muerto, estaba de parranda llegamos al hotel a cenar y a preparar el Festival de la Canción de después. Durante el Festival participaron la mayor parte de músicos por parejas, tríos o grupos varios, disfrazándose y escenificando un pasodoble, marcha, charanga o cualquier otra pieza musical. Morenito de Valencia, El Lago de los Cisnes, Paquito El Chocolatero o La Gracia de Dios, entre otras, fueron algunas de la interpretaciones que nos hicieron pasar una velada musical muy divertida.
Por cierto, todo el espectáculo fue recogido por nuestra clarinete Saray realizando un vídeo genial que quedará para el recuerdo y mostrará al mundo lo artistas que somos arriba y abajo del escenario.
Viernes 25 de julio o día del deporte.
Una vez cogidas fuerzas en el desayuno buffet del hotel, acompañados por nuestro guía local, pusimos rumbo a las pistas de esquí de Pal. Si bien en invierno están llenas de nieve, ahora es el paraíso de las bicis de montaña y otros deportes como los troncos con cuerdas y la tirolina.
Una vez demostradas nuestras habilidades deportivas, bajamos con la telecabina y marchamos corriendo al hotel para comer y coger el bañador, la toalla y las chanclas porque nos esperaba Caldea y sus jacuzzis.
Por la noche, cubatas, cerveza y música a la carta en el Iris Pub. Por un momento nos convertimos en los amos de la noche andorrana.
Un día donde pudimos comprobar que somos unos auténticos camaleones, adaptándonos perfectamente a todas las actividades y medios. Actividades en la alta montaña del Pirineo, descenso por la tirolina de la muerte, inmersión en las aguas de Caldea, sobrevivir a los buffets del hotel y espectáculo nocturno con camisa hawaiana incorporada. Todo en un mismo día, solo lo hacen los maestros y nosotros lo hicimos.
Día 26 de julio o día del concierto.
Si un músico es músico es porque tiene que tocar. Igual que un caracol nace para babear, un tábano para picar o un carpintero para hacer muebles; el músico nace para tocar, hacer música y hacer pasar al público un rato inolvidable. Hoy era nuestro día. Pero como somos unos grandes, aún nos dio tiempo por la mañana a hacer la ruta de los miradores de montaña y hacernos fotos en la escultura de la taza en la tormenta, en el puente medieval o en cualquiera de los sitios donde paramos con el autobús.
La mañana la finalizamos callejeando por el paseo de las tiendas de Andorra para comprar su famoso y barato chocolate, ropa o tabaco entre otros productos. Por cierto, ni un solo papelico por el suelo… más limpio todo que una patena.
Por la tarde llegó nuestro momento y nos desplazamos al Santuario de Meritxel para, después de hacer la prueba de sonido y realizar una visita guiada por todo el Conjunto monumental, ofrecer a nuestro escaso pero querido público una selección de piezas musicales.
Abrimos el concierto con dos marcha de procesión, Caridad del Guadalquivir y Jerusalén, para continuar con una selección de pasodobles: El tío Caniyitas, Morenito de Valencia, Caridad Guardiola y El tío Ramón. Para finalizar el concierto, el primero internacional que da nuestra banda, ofrecimos una pieza muy valenciana, El Fallero.
Pero como decíamos antes, aunque el día no podía ser más completo, siempre nos sabe a poco y aún podemos seguir haciendo cosas para estirarlo hasta el infinito y más allá.
Después de la fabulosa actuación de nuestra banda, marchamos al hotel para comer un pic nic muy interesante: arroz blanco seco con cosas, empanadilla, pera, galleta dulce y barrita energética (muy apropiada para el profundo desgaste que llevábamos en nuestros cuerpos por la infinidad de actividades acumuladas). Fletamos un autobús y nos fuimos a Andorra a ver el Circo del Sol. Luego tras una dura negociación conseguimos que nos recogieran a la 1,30 h por lo que pudimos ir a la Feria y bailar en el Especial Música de los ´90 que ofrecían en las Fiestas de Les Escaldes.
Reventados, pero muy contentos, nos fuimos a la cama para descansar y afrontar nuestro último día.
Día 27 de julio o día del regreso (en fin, todo se acaba).
Madrugamos, nos despedimos de Andorra y nos disponemos a pasar las compras por la aduana para finalmente poner rumbo toda la expedición al parque acuático de Port Aventura. Tras una nueva encuesta (en este viaje hicimos más de 100 encuestas, mostrando el carácter democrático que tiene nuestra Entidad en la toma de decisiones) se decidió apurar hasta las 16,30 h y no salir antes, para que los más jóvenes pudieran disfrutar de las atracciones.
Toboganes de todos los colores y tamaños, flotadores, piscina de olas pero sin olas, helados, perritos calientes y hamburguesas hicieron que pasáramos una mañana divertida.
Y llegamos al final del viaje. Pusimos rumbo a Valencia, llegando en una primera parada a Kinépolis que tras un intercambio por despiste de regalos nos encaminamos a nuestro querido poblado.
Quisiera recoger algunos de los muchos comentarios que los componentes expresaron cuando llegamos a nuestro destino y que definen perfectamente estos cuatros días: gracias junta por organizar este súper viaje; gracias por las ganas, por la ilusión y por seguir haciendo de esta banda una gran familia; el viaje ha estado genial o gran viaje para el recuerdo.
Ahora, aunque el listón está muy alto, hay que pensar en el siguiente… ¡que la Música no pare!
Puedes ver más fotos del viaje a Andorra de la Banda en este enlace