MUSICALERIAS. LA MÚSICA CONTINUA
Fecha de publicación: Dec 19, 2011 10:5:37 PM
Artículo de Serafín Martínez extraido de la Asociación Cultural las Alcublas.
Estas Musicalerísa las quiero dedicar a todas aquellas familias que intentan y quieren darles a sus hijos una formación básica en el panorama musical, con todo el esfuerzo y sacrificio que todo ello conlleva en la actualidad, pero que al final tiene su recompensa
Voy a servirme de algunas frases del artículo que mi amigo Vicente Garrido, el insigne catedrático de Psicología de la Universidad de Valencia, escribió no hace muchp en su columna del periódico Las Provincias, titulado “La Música en Familia”. En él describe de manera sencilla y precisa todo aquello que los niños de nuestra comunidad aprenden en las sociedades musicales, un foco cultural importante en el que se van curtiendo en el difícil arte de la música nuestros futuros, si no músicos, por lo menos melómanos:
“La música no lo arregla todo, pero constituye un motor poderoso de la salud social, crecer practicando la música introduce armonía en el espíritu, y enseña el camino a otros ideales. Es la música vivida en la familia cada día la que educa de verdad.”
Qué razón tienes amigo Vicente, no tengo más remedio que felicitarte por el magnífico artículo que escribiste. Una lección magistral recomendada para todos los padres y alumnos de nuestras escuelas de música, así como para todas las instituciones implicadas en estos menesteres culturales y educativos.
El título de estas Musicalerías lleva implícito dentro de él, un recuerdo para todos los componentes de mi familia que fueron músicos y han tenido algo que ver en que yo tuviese a la música como profesión.
Comenzaré con mi abuelo Román, por ser el primero que quiso que su nieto estudiara música, comprándome mi primer método de solfeo, no sabiendo yo en aquellos años que él también había sido músico en el pueblo y era un amante de ese arte.
Le sigue mi padre, que también sin yo saberlo, en sus años jóvenes tocó en una de las bandas existentes en el pueblo, aunque al estudiar yo el clarinete, le pudo un día su afición y lo cogí tocando algo de lo que se acordaba con mi instrumento. Siendo él el culpable de que yo me dedicase a estudiar música en serio, de no haber sido por sus consejos, seguramente me hubiese dedicado a cualquier otra cosa y hoy no estaría haciendo lo que hago.
De lo que ha sido y está siendo mi vida musical, prácticamente ya hay mucho escrito, pues una mayoría ya saben de mi dedicación y trayectoria profesional.
Pero ahora viene lo interesante, que es la continuación en mi familia de la afición por la música. Resulta que el último domingo del mes de noviembre mi hija Paula entró a formar parte del Centro Instructivo Musical Tendetes (Valencia), como una clarinetista más de esa banda de música.
Se estaban celebrando los actos propios de la semana de Santa Cecilia, con sus ensayos, meriendas, cenas de sobaquillo, recogida de los nuevos músicos, celebración de la misa, para terminarlos el domingo con la celebración del tradicional concierto en honor a la patrona de la música, en el salón de actos del complejo deportivo de la Petxina (Valencia). Y al ver a mi hija, cómo disfrutaba con sus nuevos compañeros de atril y banda, no he podido evitar el recordar todo aquello que yo había pasado muchos años atrás, además de ir analizando todo aquello que Vicente nos decía en su artículo.
Solamente por todo lo que les aporta en responsabilidad, disciplina (horarios, ensayos, actos), ya merece la pena que estudien música, además de ser interesante, según los eruditos en la enseñanza, como complemento a los demás estudios del colegio, ayudando a consolidar el buen devenir de la personalidad del niño. Pareciendo que les quita y resta tiempo para la realización de los deberes y demás tareas, pero si vamos quitándoselo a otras cosas, seguro que hay espacio para todo, por ejemplo menos horas de tele, de la play y maquinitas de ese estilo, móviles, juegos de ordenador, etc, resulta que organizándose pueden disfrutar con las clases de música, ensayos y actos de la banda. Hay jóvenes que todavía tienen tiempo también para practicar algún deporte.
Si con todo lo expuesto llegamos a conseguir buenos melómanos, ya podemos darnos por satisfechos por todo el esfuerzo llevado a cabo, si se consiguen objetivos más importantes, pues mucho mejor para todos en general.
Espero sirvan estas letras para conseguir que si algún padre las lee, piense que todo lo invertido en la formación musical de sus hijos estará bien empleado y justificado.
Dedicado con cariño y admiración a mi familia musical, dándoles las gracias por todo lo que aportaron a mi formación como músico.